Colaboradores de la locura

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Pasado. Pasado bueno, pasado malo

No habré sido la niña con peor vida, infancia, o como lo queráis llegar a llamar. Tampoco habré sido la niña con la mejor vida, infancia... E insisto, como lo queráis llamar.

Pero para mi eso es lo que menos importancia tiene. Lo que realmente importa es todo lo que has vivido, independientemente que sea más o menos duro, más o menos doloroso. 

Gracias a ese resbalón que te diste en el tobogán, gracias a el choque que tuviste con la bicicleta contra el poste, gracias a el besito de tu madre o padre en tu herida diciéndote que no pasaba nada, gracias a tu primer beso con tan solo 6 años escondidos tras un árbol, gracias a ser un alumno excelente, gracias a entrar en un equipo y conseguir que pasen a formar parte de lo que tú llamas familia, gracias a tener que volar de casa y comenzar tú vida totalmente de 0. Gracias a todo. 

No paro de pensar, sobretodo, en el tema amor. Desde tu primer amor con tus 6 añitos recién cumplidos, hasta el amor que a día de hoy te llena y te apoya. Pasando antes por los que no fueron tan bonitos ni duraderos, y también los que parecían para toda la vida y no llegaron ni al mes.

No sé por qué el amor es una de las partes más importantes en la vida de casi todos. Parece que si no tenemos a alguien que nos de el cariño que necesitamos, todos nuestros logros no valen nada. Nada de nada.

He de decir que yo también me considero una de las personas que necesitan de ese amor para, más que nada, seguir adelante con más fuerza.

Esto no era así aún no hace ni 1 año y medio. No sé qué cable se me cruzó en el cerebro para pasar a depender (sí, digo depender) de una persona tanto como ahora dependo de mi pareja. No sé qué cable se me cruzó para darle un giro de 360º a mi vida. No sé qué se cruzó en mi, pero sea lo que sea, no me arrepiento de que así haya sido.

De lo que sí me arrepiento es de ese pequeño giro aún no de 5 míseros grados que, sin quererlo, han llegado a tener mucha más importancia que el verdadero cambio de 360º. Ahí sí que no sé qué se cruzó en mi, en todo mi yo.

Ni sé, ni creo que lo llegue a saber nunca. Pero sólo espero que otro pequeño giro, aunque tan solo sea de 2º, haga que ese de 5º se vaya a donde quiera irse, menos a destrozar tanto mi vida, como mi mente, como mi cuerpo...

No será culpa sólo de ese giro amigo mío, lo sé. También es culpa mía. Pero cuando ya llegas al punto en el que te rindes ante cualquier suceso que pase en tu vida, y te centras únicamente en las cosas malas, por muy pequeñas que sean, para mi es ahí cuando pierdes tu esencia, tu yo.

Para estas navidades sólo pido una cosa, la misma que llevo buscando desde hace ya mucho tiempo, muchos años: quiero un pequeño toque de motivación.