Colaboradores de la locura

miércoles, 27 de junio de 2012

Puede que pienses que ya todo ha terminado.

Ya nada volverá a ser como antes, te dices a ti misma. No volveré a conseguir todo lo que tengo por mucho que me proponga en la vida, es imposible. Día a día, sabes que todo se está acabando y que, de un momento para el otro, cuando menos te lo esperes, desaparecerás del lugar en el que te sitúas ahora mismo.
Puede que esas sonrisas diarias ya no pertenezcan a las mismas caras, pero sin la menor duda, esas sonrisas que, a partir de este momento escasearán, siempre quedarán en el recuerdo, y cuando más las necesites sólo tendrás que imaginártelas, porque ahí siempre permanecerán.
Pensarás que es un adiós definitivo, pero más de una persona te puede asegurar que esto no es así, que cuando menos te lo esperes, cuando mejor te lo estés pasando y cuando ya estés adaptada a todo lo nuevo, regresarás y aquí estaremos todos, con los brazos abiertos más que nunca, con esas ganas de poder volverte a abrazar y poder volver a verte sonreír como hacíamos todos los días. 
Nos volverás a iluminar con tu preciosa sonrisa y contarás todas las cosas diferentes que existen en un lugar tampoco tan lejano.
Pronto, muy pronto, estaremos de nuevo en el mismo sitio, con las mismas personas de siempre. Recordando y pasándolo en grande una vez más.

sábado, 23 de junio de 2012

Cerrar los ojos, que se te pasen millones de imágenes por la cabeza, sabes que algo no termina de ir del todo bien. Algo no termina de encajar en todo este juego, algo sobra, o quizás falte.
Los abres, te miras al espejo y te preguntas lo de siempre, lo de todos los días: "¿Qué coño es lo que estoy haciendo con mi vida?" No te sabes contestar, lo único que se te ocurre decir es que lo has mandado todo a la mierda, muy poco a poco, pero que lo has hecho. Ya ningún día tiene sentido, no tienes ganas de levantarte de la cama, cada vez duermes menos, comes menos, ¿o quizá no? Ni tú misma sabes qué es lo que estás haciendo con tu vida diariamente. Te encantaría poder volver a sentirte bien, sólo retroceder un puto año, sólo eso. Pero sabes que eso ya pasó y que por mucho que tú quieras, no volverás a esos momentos, esos momentos en los que no había día en el que no te lo pasaras en grande y soltaras tus mejores sonrisas. Días en los que querías que se parara el tiempo para poder seguir en ese momento, aún sabiendo que el día siguiente sería aún mucho mejor al que estabas viviendo en ese momento.
Sabes que por mucho que quieras volver a ser quien eras desde un principio, no lo conseguirás y seguirás viviendo en la misma "mierda" de todos los días.

viernes, 8 de junio de 2012

Sentirse impotente.

A cualquier cosa, ya sea una palabra o un acto. Todo te supera, ya no aguantas ni un día más en estas condiciones, necesitas que todo, absolutamente todo, termine de una maldita vez. ¿Te lo mereces? Puede que sí, es más, lo creo. Si no quieres terminar como estás, no te busques la ruina primero, es lógico, ¿no? Sólo te digo que llorando no se soluciona nada, sí que es cierto que de vez en cuando no viene mal para desahogarse, pero llorar no significa ir eliminando un problema en cada lágrima que derrames, significa perder fuerza en todas y cada una de esas lágrimas, y demostrar que ya eres alguien débil, no esa persona de antes, esa que podía superarlo todo y siempre, con una gran sonrisa en la cara.